En el Conducto Auditivo Externo se hallan unas glándulas que son las encargadas de fabricar cerumen.
Este tiene dos funciones importantes,
- Combatir infecciones
- Actuar como escudo entre el exterior y el tímpano para impedir que el polvo y la suciedad puedan llegar hasta él.
Así, la cera es necesaria, el problema viene cuando se produce un exceso del mismo y se pueden llegar a formar tapones que impiden oír bien.
De forma natural la cera se va expulsando hacia el exterior del Conducto Auditivo Externo y una vez allí y con la ducha, lavamos los oídos por fuera con agua y jabón y los secamos con la toalla. Esto debería de ser suficiente.
Una costumbre muy extendida en España es el uso de bastoncillos. Los bastoncillos solo debemos usarlos para secar el pabellón auditivo, la oreja. No se deben introducir dentro del oído ni ningún objeto punzante, ya que podrían ocasionar algún daño además de conseguir el efecto contario, empujar la cera para dentro y hacer un tapón.
Existen unos sprays que pueden servirnos de ayuda en algunos casos y reblandecer el cerumen para que su expulsión fuera del oído resulte más fácil. Recordad que en caso de que la secreción de cerumen sea en exceso habría que consultar con un especialista.
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Foto: mejorconsalud.com
